Efemérides :::: La huella de las progenitoras en la personalidad de los candidatos presidenciales. Una psicoterapeuta y una psicoanalista comentan.
Todo Sobre sus Madres
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“La Sra. Higuchi se ve como una víctima... Resultado de una vinculación de Keiko con su padre a través de un fuerte Complejo de Electra”, señala Matilde Caplansky. |
¿Quién es la madre? “El ser que da la vida y por eso el vínculo que se establece con ella es trascendente en los seres humanos”, responde la psicoterapeuta Carmen González.
Pero ya que hablamos de un candidato y una candidata, vale la pena preguntarse de qué manera la madre marca a un hombre y a una mujer: “la elección de la pareja es tributaria de la relación con la madre. Por eso vemos que un personaje como Ollanta eligió a una mujer fuerte, estudiosa y profesional”, apunta la psicoanalista Matilde Caplansky. Y sigue: “para las mujeres suele ser una relación más difícil. Es un vínculo muy complejo y toma parte de la vida integrarla. El primer viaje de la joven mujer hacia su madre es cuando ella tiene sus propios hijos. Allí comienza una posibilidad de encuentro e identificación”.
Un factor importante para este análisis lo apunta la doctora González: “La madre para realizar su función, no perfectamente, sino en forma suficientemente buena, requiere ser acogida por el padre. Él, con su presencia, hace sentir al niño que en el mundo hay terceros y que la sociedad tiene normas”.
KEIKO Y SUSANA
“Mi hipótesis es que Keiko desde pequeña admiró al poderoso padre y se identificó con él en su frialdad y racionalidad. Sin embargo, no pudo desarrollar emocionalmente ni superar su Complejo de Electra (el padre como objeto de amor, a quien ve como el más maravilloso del mundo, rivalizando con la madre)”, explica Carmen González, quien ha realizado un estudio de la personalidad de ambos candidatos.
“Dentro del mencionado complejo existe no solo la atracción por el padre sino el deseo de sustituir a la madre. Este deseo se hizo realidad cuando Keiko ocupó su lugar como primera dama. Desde ese momento conformó con su padre una pareja política inseparable.
“La inmadurez emocional de Keiko se confirma cuando dice en el mitin final de la primera vuelta el gobierno de mi padre fue el mejor gobierno del Perú. Demuestra que sigue en su idealización cuando niega la autoría de los delitos de su progenitor. El perdón manifestado por Keiko no fue por los delitos del padre sino “por los errores y delitos cometidos durante su gobierno”. En “Panorama” del 1 de mayo dijo textualmente que “el perdón fue necesario como gesto”. Lo que confirma que no fue genuino ni producto de un proceso del corazón. No sufrió por las víctimas del padre y de su gobierno, sino que fue algo necesario y calculado. Lo que es coherente con los 16 hábeas corpus abiertos para liberarlo. Los cuales, por cierto, no ha ofrecido retirar.
“Mi hipótesis se vuelve a confirmar porque no hizo nada para distanciarse del padre cuando su madre fue brutalmente agredida por él. La propia Susana declaró a los medios que había sido torturada y sometida a electroshock, además de expulsada de palacio.
“Keiko opta por no acompañar a la madre en esos momentos tan difíciles y se va a vivir con el padre y más tarde al Servicio de Inteligencia, a 10 metros de la habitación de Montesinos, cómplice del maltrato.
“Recientemente se volvió a confirmar su Complejo de Electra cuando perdió su usual frialdad y expresó mucha ira frente a la enfermera del padre, Gina Pacheco”.
“Finalmente –indica la psicoterapeuta de orientación psicoanalítica Carmen González–, su lucha por llegar a la presidencia está fuertemente motivada por el deseo infantil de cumplir con los deseos del padre, más que por el deseo de servir al Perú”.
OLLANTA Y ELENA
“A Elena se le percibe severa y rígida. Amó a sus hijos no solo desde el afecto sino desde la exigencia intelectual. Como lectora impone como norma que en la sobremesa familiar cada hijo, por turno, comente lecturas designadas por ella. El hecho de que Elena y su esposo sean adultos mayores puede haber influido en que su obsesión por la patria se haya intensificado y que no perciban que muchas de sus ideas resultan anacrónicas –resume la doctora González.
“Todos los niños varones desean que la madre sea exclusiva y convertirse en su pareja. Ollanta llega cuando ya hay un hermano mayor y, además, se ve obligado a compartir a esta madre con dos hermanos varones menores, así como con el poderoso padre. Esto resulta siempre doloroso para un niño.
“Mi hipótesis es que el deseo de Ollanta de ser el más importante para la madre puede haberse cumplido, en su fantasía, al ingresar al Ejército. De esta manera cumplía con el ideal familiar. Aquí probablemente está el origen de las envidias y rivalidades infantiles de Ulises frente a Ollanta. Las que se evidencian en sus ataques a través de los medios.
“Considero tembién que esa necesaria ruptura que debemos vivir los seres humanos con nuestros padres para adquirir nuestra autonomía se dio en Ollanta en estos últimos años. Después de las elecciones de 2006. Pues ha logrado librarse de la influencia paterna, se ha des-identificado con los aspectos más radicales del padre. Por eso en esta elección se le percibe sereno, sin perder su capacidad de sentir o tener emoción. Sus padres han quedado independientes a él”.
“El matiz de justiciero que mostró en la primera elección y el haber puesto como aspecto central de su propuesta actual la lucha contra la corrupción, deriva de la vivencia tenida de niño: el padre mostraba alta emocionalidad e indignación frente a los que se apropiaban de los fondos del Estado.
“En su caso –finaliza la psicoterapeuta Carmen González– la lucha por llegar a la presidencia está fuertemente motivada por el amor al Perú sembrado en su infancia y procesado a través de las experiencias vividas como miembro del Ejército”.
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