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domingo, 7 de noviembre de 2010

En política nunca digas nunca: coincidencias y desencuentros entre el Apra y el PPC

En el 2004, Lourdes Flores descartó una posible alianza electoral con el Apra. Este 2010, dijo que era algo “digno de estudiar”. ¿Qué cambios se han dado para que se produzca el acercamiento?
Domingo 07 de noviembre de 2010 - 11:28 am 6 comentarios
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Luego de que Lourdes Flores señalara que el PPC podría estudiar una alianza con el Apra, Jorge Del Castillo dijo que era una propuesta muy interesante. (Fotos: Archivo El Comercio)
Por Juan Aurelio Arévalo
A inicios del año 2004, las muestras de zalamería entre Alan García y Lourdes Flores Nano desconcertaron a los periodistas. En febrero, bailaron marinera juntos durante la reapertura de la avenida Costanera, en San Miguel. Mes y medio más tarde, fueron vistos brindando con pisco sour en la Universidad de San Martín de Porres. Todo esto mientras las bancadas del Apra y de Unidad Nacional planeaban una alianza para presidir la Mesa Directiva del Congreso, con Ántero Flores-Aráoz a la cabeza. Tanta proximidad, obviamente, despertó el interés de la prensa que se preguntaba: “¿Ahora que se unen en el Congreso, podrían formar una alianza para las elecciones del 2006?”,
“¡Descarto absolutamente una alianza electoral! Parto de la premisa de que en el Perú el aprismo y el no aprismo históricamente competirán; y creo que el socialcristianismo es la mejor expresión del no aprismo. No creo que al ciudadano común le resulte digerible y coherente un entendimiento de este tipo. No sería tomado como algo serio, sino como una cosa coyuntural para acceder al poder”, contestó Lourdes Flores. De inmediato, Jorge del Castillo le respondió con una frase premonitoria: “Yo le digo que en política nunca hay que decir de esa agua no beberé”.
En medio del ida y vuelta, El Comercio fue en búsqueda del analista político Luis Benavente, quien aseguró que solo un milagro uniría a apristas con pepecistas. “Es imposible que gobiernen juntos porque ideológicamente son como el agua y el aceite, y también por motivos históricos”, declaró. Seis años después lo buscamos nuevamente y le preguntamos si ahora cree en los milagros.
“El Apra y el Alan del 2010 no son los mismos del 2004. Ahora representan el buen manejo económico y antes eran el recuerdo de un gobierno desastroso. A cinco meses de las elecciones presidenciales, ya tenemos cinco candidaturas de peso cuando antes había solo dos o tres. La lógica actual es aliarse en primera vuelta y no en segunda. La consigna es asegurarse una bancada importante”, manifestó.
Otro que reconoce que los tiempos han cambiado es el director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica, Fernando Tuesta. Durante el proceso electoral del 2006, Tuesta aseguró que aliarse no era una condición necesaria y suficiente para ganar ya que, salvo en 1990, cuando se formó el Fredemo, ninguna coalición pudo pasar a la segunda vuelta. “Ahora la realidad es parcialmente distinta. Ante la debilidad de los partidos, las alianzas sí abren las puertas de la victoria”, afirma.
Por lo tanto, el cambio de actitud de Lourdes Flores y la apertura del Apra se explican como medidas de supervivencia. “Estos partidos no tienen candidatos presidenciales propios que puedan arrastrar votos y, por lo tanto, les queda simplemente sobrevivir. Ahora no basta con colocar dos o tres congresistas. Necesitan el 5% de los votos válidos para el Congreso. No hablemos de Lourdes o del Apra, esto es realismo y pragmatismo”, apunta.
¿NO SE PUDO?
A estas alturas, todo parece indicar que la voceada alianza o convergencia entre el Apra y el PPC no se concretará. Una vez más fueron diálogos entre las cúpulas, sin consultar a las bases. “En la medida que el Apra ya consiguió la candidatura de Aráoz, parecería que ya no están tan interesados en aliarse”, opina Tuesta. Pero el hecho de que hayan llegado a conversar, luego de que en el 2006 el Apra hundiera a Lourdes Flores con el mote de la “candidata de los ricos”, sigue llamando la atención.
“Los partidos con influencia europea, como estos, tienen tradición de hacer alianzas. El PPC prácticamente cogobernó en el segundo régimen de Fernando Belaunde. Tuvo los ministerios de Justicia y de Industria (ahora de la Producción). En el 2001, García le ofreció su colaboración a Toledo, pero él no lo entendió así. Lo primero que hacen es buscar aliados. Los aliados no los buscan a ellos”, afirma Benavente, quien también resalta que, en las últimas elecciones municipales, ambos mostraron una evidente afinidad.
Pero tal vez quien mejor pueda explicar la nueva etapa en esta relación es el ex presidente del PPC Ántero Flores-Aráoz. En 1991, presidió la comisión que buscó acusar constitucionalmente a García por los delitos de enriquecimiento ilícito y contra la fe pública, pero, años más tarde, terminó como embajador y ministro del Apra.
“La óptica de ver a otros movimientos o partidos como enemigos es trasnochada. En el mundo globalizado, las diferencias ideológicas entre los partidos se han ido diluyendo para convertirse en matices, lo que hace más fáciles los entendimientos”, explica. Asimismo, considera que los extremos también han ido perdiendo fuerza, ya que ni el socialismo de antaño ni el liberalismo absoluto han resuelto problemas y, por ello, las agrupaciones apuntan al centro.
“Cada día son menos los temas conceptuales que pueden diferenciar a partidos como el Demócrata o Republicano en Estados Unidos o los liberales y conservadores en Colombia.[...] No hay que rasgarse las vestiduras si se llega a entendimientos en el Perú entre socialdemócratas y socialcristianos. Veamos al Perú en grande y no con lupa”, sostiene.

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