De lo que quiera. Lo importante es que se pueda hablar del futuro; empecemos por ahí.
No debería serlo. Hay voces que me lo plantean, pero tengo un compromiso de lealtad para quienes han sido tan generosos conmigo en medio de una campaña tan difícil. Soy la presidenta de un partido y hay muchas otras opciones que no son electorales.
No es un tema de deseos sino de deber. He sido formada en una escuela donde se nos ha enseñado a pensar primero en lo que conviene al país, luego al partido y al final lo personal. No lo voy a cambiar. Mi mejor contribución es no postular, seguir liderando el partido y ayudar a que construyamos una acción de gobierno.
Gracias a Dios con el capital logrado en esta elección, hoy podemos mirar al futuro. Entre las alianzas, una natural, lógica y posible es con Luis Castañeda. No resultaría extraño, ya tenemos un trabajo en conjunto y podemos renovarla.
Por la personalidad de Lucho Castañeda pienso que no iríamos en la plancha. En el 2001 y en el 2006 me dijo que creía que el candidato presidencial debía tener a su lado a personas de su confianza. Lo respeto; el entendimiento sería parlamentario.
Me alegra mucho que se sume el apoyo técnico de Todos por el Perú; es de primera. Creo que Lucho está pensando en una fórmula un poco más amplia, aunque se llame Solidaridad Nacional. Hemos tenido una conversación gratísima después de las elecciones y hay un terreno próspero.
Hay gente joven que preferiría que vayamos solos. Sienten que la elección de Lima ha revitalizado al partido y quieren repetir esta posibilidad. Nuestro congreso será el 26 y 27 de noviembre. El 11 de diciembre tienen que estar inscritas las alianzas y elegidos los candidatos presidenciales.
(Ríe). Yo no la imaginaba, pero me parece digna de ser estudiada una alianza entre el Apra-PPC. Después de mucho tiempo hemos escuchado al Apra hablar de alianzas…
No. En la casa de Raúl Castro Stagnaro. Fue un diálogo muy valioso y grato entre líderes con capacidad de decisión…
No, pues, no se pase; no le daré nombres. Comimos unas pastas bien ricas (ríe), no fue Alan García. Hubo un análisis maduro; sin entrar al detalle o al conteo se bosquejó una perspectiva. La pongo como una hipótesis de trabajo. Es interesante y digno de considerar que los partidos políticos más importantes piensen ir juntos.
He sido muy crítica del Apra y la he confrontado, pero debo reconocer que estamos en un escenario distinto. Este gobierno de García ha seguido una política económica ortodoxa, el país tiene éxitos, cosas por continuar. No es un escenario de confrontación ideológica y se requieren instituciones sólidas. Alguien como Meche Aráoz, una persona muy valiosa, pone el ingrediente de una figura independiente, que garantiza seriedad y que pudiera tener el respaldo de dos partidos serios como el Apra y el PPC...
Es una hipótesis de trabajo, ¿por qué no seguirla?
Cualquier otro bloque diferente al que pueda representar Castañeda y Toledo fragmenta el centro. Pero la propuesta tendría una afirmación institucional de partidos políticos. Para el PPC ambas opciones, Solidaridad o el Apra, tienen cosas positivas y puntos críticos. Un entendimiento con Castañeda será menos institucionalista. Él es un caudillo que construye proyectos válidos en torno a su figura. Una relación con él (que puede ser magnífica) es menos formal e institucional. Me gustaría ver qué reacciones genera la posibilidad de la alianza Apra y PPC.
La gente podría decir: qué raro, por qué se juntan si han sido rivales. Pero una figura como Meche Aráoz, una independiente, puede hacer que no se vea como un toma y daca entre partidos.
Sin duda. Nos esperan cuatro semanas de intenso diálogo.
Quienes creemos que el Perú necesita fortalecer partidos, miramos que esta opción es interesante…
Probablemente quienes creen que el partido debe jugar una carta propia aspiran a que tengamos postulación presidencial y que no sea yo. Hay nombres internos…
Los congresistas Raúl Castro, Juan Carlos Eguren…
Muchísimos. Hay gente valiosa y todos haríamos una campaña con mucho entusiasmo. Hay también figuras independientes, como Daniel Córdova, un profesional brillante, que ha tenido un gesto que valoro –algunos dicen qué audacia–, fue al PPC y dijo que quería hacer política.
Uy, eso también me andan diciendo varios. El Parlamento fue una etapa ya cumplida de mi vida. Es otra opción, pero sin que yo esté. Habrá muchas postulaciones; no estoy por fragmentar más el espacio. Creo que este es un proceso electoral de alianzas; es lo saludable para el país.
Descuidamos las regiones y nos concentramos en Lima. Pese a ello hay 30 pequeñas localidades donde hemos ganado, y eso me llena de orgullo.
Nooo. Las redes sociales hacen que la gente diga de todo. Particularmente el mundo juvenil exagera los comentarios y críticas. En el anonimato dicen lo que les da la gana. No se sabe quién habla o si son realmente del partido. No es nada serio, se convierten en una chismografía que puede dar la sensación de una división, que no existe. En el partido hay fraternidad interna, un debate maduro, un ímpetu juvenil que me enorgullece y críticas saludables. Un partido que saca 1’700.000 votos no puede estar en crisis.
Al presidente Alejandro Toledo le tengo enorme gratitud. Pero constato que el votante de Perú Posible, que votó por sus alcaldes distritales, no lo hizo por mí. No se ha sentido representado por nosotros.
Me parece que la disputa en la segunda vuelta será entre Keiko Fujimori y uno de los grupos de centro. El fujimorismo no tiene un voto mayoritario para ganar las elecciones, pero sí un voto duro que la puede llevar hasta la segunda vuelta. Creo que Ollanta Humala no tiene fuerza suficiente. Sin embargo, el Perú es impredecible.
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