sábado, 9 de enero de 2016
Elecciones 2016: Población no perdona mentiras o doble discurso de candidatos [Infografía]
Sábado 09 de enero del 2016 | 07:44 | Perú 21
Analistas y especialistas hacen un recuento de los hechos más importantes y los aciertos y errores que se cometieron en las campañas electorales a la presidencia de los últimos 25 años.
En busca de votos. Casi la mitad de la población aún no define su preferencia electoral. (César Fajardo)
Mariella Sausa
La campaña electoral recién empieza a calentar. Aunque a solo tres meses de las elecciones generales del 10 de abril, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, mantiene las preferencias del electorado – seguida de los candidatos presidenciales de Peruanos por el Kambio, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), y de Alianza para el Progreso, César Acuña–, nada está dicho aún.
La historia lo demuestra. En las últimas tres elecciones presidenciales solo un candidato ha logrado ganar la presidencia luego de haber liderado la intención de voto en las encuestas de los meses anteriores: se trata de Alejandro Toledo, en el año 2001. Ni Lourdes Flores, en el año 2006, ni Luis Castañeda Lossio, en 2011, pudieron celebrar una victoria.
¿Pero, cuál es el factor que determinó ese triunfo? Para Urpi Torrado, gerenta general de Datum, no hay una receta única para ganar una elección y, aunque el márketing político ayuda a mejorar la imagen de un candidato y puede significar algunos puntos en las encuestas, finalmente el postulante que logra conectar con el elector es el más beneficiado.
“No todos lo logran. La conexión se debe buscar tomando como activo las fortalezas que el candidato posee, pues si se intenta maquillar la realidad o construir sobre las debilidades, las cosas no funcionan; la población finalmente se da cuenta de que le están mintiendo y castiga al candidato con su voto”, apuntó.
LOS ERRORES ENSEÑAN
Torrado indicó que también hay errores políticos de parte de los candidatos que pueden costarles votos importantes y hasta hacer cambiar la posición en la que estaban. Recordó, en ese sentido, que meses antes de la elección del 2011 Castañeda ocupaba el primer lugar de las preferencias electorales, pero por insistir en su estrategia de mantenerse en silencio terminó quinto.
“En la elección municipal ser ‘mudo’ no le afectaba porque había un recuerdo positivo de sus obras, pero en la elección nacional no había recuerdo de su gestión y la estrategia del silencio no era la correcta. El costo de no darse cuenta a tiempo fue alto”, dijo.
CAMPAÑAS EFECTIVAS
A diferencia de Castañeda, en esa elección PPK logró acortar la distancia que tenía con la población. “Tuvo gestos políticos importantes que lo acercaron, como tocar la flauta, contar chistes o hasta ser tocado por una mujer en la calle. Eso lo volvió campechano, sencillo, cercano a la gente y eso gustó porque los electores quieren sentirse representados en sus líderes políticos y que no haya mucha distancia”, explicó.
Santiago Pedraglio, analista político, también citó entre las campañas efectivas el cambio logrado por Ollanta Humala entre las elecciones de 2006 y 2011, pues de ser un candidato de polo rojo con una imagen radical y confrontacional, pasó a ser un candidato de blanco, más moderado. “A eso ayudó mucho la inserción de temas que antes no estaban y que él colocó en la agenda, como la desigualdad y la inclusión social. Pero más que un gran discurso, también ayudó que Humala se presentara siempre trotando, pues eso daba la idea de que era un candidato de acción y con la fuerza suficiente para cambiar el destino del país”, manifestó.
El analista indicó que en la segunda vuelta tres factores fueron claves para el triunfo de Humala: el apoyo de Mario Vargas Llosa, el acuerdo de la Hoja de Ruta, en lugar de la Gran Transformación –que abrió espacio para las alianzas– y las denuncias de las esterilizaciones forzadas que perjudicaron a su contendora: Keiko Fujimori. “Ese ataque fue clave y algo para lo cual ella no estuvo preparada”, manifestó.
En ese contexto, Pedraglio sostuvo que muchas veces las campañas negativas o la llamada ‘guerra sucia’ pueden definir una elección. Recordó que se dio en el 2000, en un contexto de crisis económica y política, con la aparición de los diarios ‘chicha’ como sicarios mediáticos que destruyeron las candidaturas de Alberto Andrade y Luis Castañeda, entonces muy bien ubicados en las encuestas. Además, desde la televisión, con programas como el de Laura Bozzo, que atacó a Alejandro Toledo por el caso Zaraí, su hija entonces no reconocida.
“Yo temo que en esta campaña van a salir audios; lo que no se sabe es adónde van a disparar y cuál es el impacto que tendrán. La campaña dura todavía no ha arrancado y recién se iniciará en las próximas semanas”, aseveró.
Al respecto, la gerenta de Datum sostuvo que la ‘guerra sucia’ es un arma de doble filo porque, aunque muchas veces perjudica a un candidato, también puede terminar victimizándolo, haciéndole ganar votos, ya que la gente tiene con él un sentimiento de solidaridad.
CAMBIOS ELECTORALES
El politólogo Fernando Tuesta Soldevilla refirió, por otro lado, que los cambios de las reglas electorales han modificado la forma de hacer campaña política en el Perú, pues, por ejemplo, desde que se instaló la segunda vuelta electoral los candidatos ya no apuestan por ganar en primera sino que se enfocan en pasar, y una vez que lo logran, rediseñan sus estrategias de campaña.
“Desde 1995, con el triunfo de Alberto Fujimori, nadie ha ganado en primera vuelta. Y no todos los candidatos que ganaron en la primera vuelta lograron obtener una victoria en la segunda”, dijo.
Esos fueron los casos de Mario Vargas Llosa, que en 1990 ganó en la primera vuelta, pero perdió en la segunda. Lo mismo ocurrió con Ollanta Humala en el 2006.
Lo cierto es que en el Perú nada está escrito ni es previsible. Ser un candidato nuevo o con una gran trayectoria política no siempre otorga ventaja y los servicios de márketing, así como los estrategas de campaña, no siempre funcionan.
“Esto es como un juego con reglas. Uno puede ser el director técnico, hacer una buena estrategia y lograr que el equipo juegue muy bien, pero en medio del partido se mete un autogol y pese a la buena estrategia, pierde”, refirió Tuesta.
Agregó que lo que sí existe y debería ser tomado en cuenta en estas elecciones es el sector del país que vota de manera consecutiva contra la política formal, contra Lima y contra las instituciones, sean de izquierda o derecha. “En la última elección Humala logró aglutinar ese sector, pero hoy en día no está siendo canalizado por nadie. Veremos en estos tres meses quién logra ganar esos votos”, concluyó.
SOLO 10% SIGUE A CANDIDATOS EN REDES
Las redes sociales en países como Estados Unidos ya juegan un papel decisivo en los resultados de las elecciones. Sin embargo, en Latinoamérica y especialmente en el Perú la realidad es otra. Según la encuestadora Datum, actualmente solo el 10% de la población sigue a un candidato a través de Facebook, Twitter o YouTube.
“La influencia de las redes sociales en el país aún es poca. En una campaña electoral siguen siendo mucho más fuertes e importantes los medios masivos offline como la televisión o la radio. No obstante, la importancia del online radica en que la buena campaña que haga el candidato en sus redes sociales será repercutida en los medios de comunicación masiva y llegará a más electores”, indicó Urpi Torrado, gerenta general de Datum.
Aunque la influencia de las redes sociales no es directa, la mayoría de candidaturas ya está trabajando de manera importante en el tema y en las encuestas hay candidatos que ganan presencia por ese trabajo.
TENGA EN CUENTA
En las elecciones del 10 de abril se elegirán al presidente, congresistas y parlamentarios andinos para el periodo 2016-2021.
Si ninguno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos válidos se realizará una segunda vuelta electoral el 5 de junio.
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