Kouri (y II)
El tema del 9 de abril es un tema casi ya resuelto, dijo 'Vladi’. El presidente va a ganar la elección, pero su ciclo político se agota en 2005, y este trabajo tiene que continuarse, remarcó, y tomó un sorbo de agua. Kouri, su interlocutor, lo miró con su sempiterna cara de póker, aunque en aquella oportunidad asentía como diciendo pa’ que te digo que no, si sí.
En un mundo resbaladizo como ese no había lugar para equívocos, por lo que el asesor, sintiéndose en confianza, le reveló a Kouri sus ases. Rey. Boloña. Tudela. Y usted, le dijo. Usted es una de las personas que yo veo con gran simpatía, y no de ahora. Esa es la generación de 2005, dijo. Kouri contuvo el aliento. Quizá pensó en que San Josemaría había escuchado su rezo. Sonrió un poco, apenas lo justo. Y dejó al 'Doc’ continuar. Entonces, dijo, en este escenario, así, a calzón quitado, necesitamos saber (Fuji y él mismo, o sea) cuál va a ser su posición de una vez para definir los mecanismos de cooperación mutua, porque el trabajo lo tenemos que empezar ahora. Después de aquello, Álex suspiró como una quinceañera, y como respuesta le regaló a Montesinos un par de jugadas que había estado pensando que podían beneficiar al régimen autocrático de Fujimori. Pero 'Vladi’, que era impaciente, volvió a lo suyo: ¿Usted piensa ir a candidatear para la Presidencia? Sí, respondió Kouri. Lo dijo casi susurrando. Pero lo suficientemente audible. Para que no le queden dudas a su cófrade. 'Vladi’ bebió otro sorbo de agua mirando fijo a Kouri, y le dijo: Ahora, si es usted –lo cual me agradaría muchísimo- no puede quedarse cinco años en el Gobierno, tiene que quedarse mínimo diez años. Eso es lo que yo he visto acá, en el terreno práctico. Y Kouri, Dios, Kouri pensaba que la vida era a veces tan hermosa que no se parecía a la vida. Y entre ambos comenzaron a urdir maniobras de derribo contra Castañeda. Contra Andrade. Contra Toledo. Por qué no vamos haciendo una cosa más sensata, dijo 'Vladi’, entusiasmado. Voy a hacer un documentito y mañana lo conversamos, ¿qué le parece? Me da usted 24 horas, y yo le planteo luego lo que podríamos hacer en los próximos cincuenta días, propuso. Y Kouri, que nunca responde ni sí ni no, sino que, en lugar de ello prefiere las frases enrevesadas, le respondió: De mi parte hay la mejor disposición. Montesinos se pasó la mano por su pelo escaso, ese que le daba un aire ruin. Luego levantó de nuevo el vaso que tenía sobre la mesa, como para retomar la conversación, pero quien se embaló con planes maquiavélicos y hablando de aliados tácticos, como el de su “hermano del alma”, el 'Negro’ Enrique Vidal, fue Kouri, quien se detenía solo para recobrar aliento. Yo digo lo siguiente, dijo Álex, a Toledo hay que dinamitarlo por dentro. Claro, dijo 'Vladi’.
Un golpe por fuera no va a ser efectivo; creo que hay que dinamitarlo por dentro, insistió el alcalde chalaco, como para que quede claro su pensamiento. Después, cosa increíble, sin que Montesinos pudiera establecer cómo, quien tomó la batuta de las maquinaciones de ahí en adelante fue Álex Kouri, su carta para el 2005, el sucesor del sátrapa, la continuidad del mal. Y hacia el final, luego de programar varias apariciones en prensa, microondas, entrevistas en Hora 20 y en Panorama, y no sé qué gestiones con Enrique Vidal, Montesinos lo contuvo. De acuerdo. Lo hacemos así entonces, le dijo el 'Doc’. Y se despidieron.
El 'Doc’ se quedó viéndolo irse mientras sentía en la nuca el ojo de la cámara que había dejado grabando Huamán Azcurra. En ese momento se preguntó por qué no se conocieron antes. Qué planes habrían maquinado entonces. Qué cosas les depararía ahora el destino de cara al 2005… y hasta el 2015. Dios. Cuánto futuro había en ese muchacho de corazón ardiente pero mente fría. Ni siquiera había que explicarle la filosofía de la omertá. Parecía que la llevaba en los genes.
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