Política | Lun. 22 mar '10
El APRA quiere ganar
Lourdes Flores le ha pedido a Alan García que sea neutral. Que se abstenga de intervenir en los próximos procesos electorales. El APRA también. Esa es la lectura política más plausible a la luz de los acontecimientos que tuvieron como protagonista a Aurelio Pastor, ex ministro de Justicia.
El hecho de que Pastor haya tenido que ser retirado del gabinete puede ser visto desde dos ángulos. El primero, que toda la prensa y la mayoría de los comentaristas políticos ha destacado, es que el ex ministro fue expectorado de forma ignominiosa. Una suerte de pataleta, de locura repentina y de sinvergüencería habría impedido que Pastor entendiera que, desde que el indulto que él defendió a capa y espada quedó sin efecto por su propia firma, su suerte como ministro estaba echada. Eso sería creer que Pastor es un estúpido, cosa que no es.
El otro ángulo es que simple y llanamente Pastor se rebeló. No a su suerte, que ya estaba echada, sino a Alan García, no como Presidente de la República, sino como presidente del APRA y, hasta la semana pasada, líder indiscutible de ese partido. Con su rebelión Pastor salió del gabinete pero no salió del APRA. Es más, en el APRA su posición es ahora mucho mejor que cuando ocupaba un puesto en el gabinete. Desairó a García no renunciando y encima le impuso su presencia en la juramentación de su sucesor. García tuvo que tragarse ese sapo para no pelearse más con el APRA, de la que ha acusado el golpe.
La rebelión de Pastor es pues la rebelión del APRA y, para ser más específicos, del “tío George”, su flamante secretario general. El asunto es muy simple. El 'Tío George’ quiere ganar las próximas elecciones generales. No tiene la menor intención de ser un Luis Alva Castro. Por lo tanto no quiere que García intervenga para que él no gane. Y eso era lo que estaba haciendo García. Presionando a través de Crousillat para que sus candidatos oficiosos Kouri y Castañeda no tengan la mala prensa que hoy tienen. En su proyecto personal, para regresar en el 2016, el 'Tío George’ no puede ser presidente el 2011. Tres gobiernos apristas son demasiado para cualquiera, y García lo sabe.
El 'Tío George’ también sabe que si no es el 2011 no será nunca. El 'Tío George’ tiene al APRA, que no quiere soltar la poca mamadera que García le ha dado estos últimos cuatro años. Pero para que el APRA sirva para el 2011, tiene que volver a ser un partido, y no el apéndice de García. El 'Tío George’ quiere reconstruir la cohesión del APRA. Eso pasa por inventarse enemigos. Tal vez eso explique el ataque de Pastor a la vieja familia MQ. El “partido del pueblo” contra la oligarquía. Ni pies ni cabeza hoy en día, pero funciona para el consumo interno de las medianías de Alfonso Ugarte.
Y mientras Pastor es el malo, el 'Tío George’ es el bueno. Pastor no pierde nada, es el nuevo niño héroe del APRA. El 'Tío George’ gana mucho. Posiciona al APRA para sus fines y dice “desde ahora negocien conmigo”. Que García se lo permita es otro cantar.
El hecho de que Pastor haya tenido que ser retirado del gabinete puede ser visto desde dos ángulos. El primero, que toda la prensa y la mayoría de los comentaristas políticos ha destacado, es que el ex ministro fue expectorado de forma ignominiosa. Una suerte de pataleta, de locura repentina y de sinvergüencería habría impedido que Pastor entendiera que, desde que el indulto que él defendió a capa y espada quedó sin efecto por su propia firma, su suerte como ministro estaba echada. Eso sería creer que Pastor es un estúpido, cosa que no es.
El otro ángulo es que simple y llanamente Pastor se rebeló. No a su suerte, que ya estaba echada, sino a Alan García, no como Presidente de la República, sino como presidente del APRA y, hasta la semana pasada, líder indiscutible de ese partido. Con su rebelión Pastor salió del gabinete pero no salió del APRA. Es más, en el APRA su posición es ahora mucho mejor que cuando ocupaba un puesto en el gabinete. Desairó a García no renunciando y encima le impuso su presencia en la juramentación de su sucesor. García tuvo que tragarse ese sapo para no pelearse más con el APRA, de la que ha acusado el golpe.
La rebelión de Pastor es pues la rebelión del APRA y, para ser más específicos, del “tío George”, su flamante secretario general. El asunto es muy simple. El 'Tío George’ quiere ganar las próximas elecciones generales. No tiene la menor intención de ser un Luis Alva Castro. Por lo tanto no quiere que García intervenga para que él no gane. Y eso era lo que estaba haciendo García. Presionando a través de Crousillat para que sus candidatos oficiosos Kouri y Castañeda no tengan la mala prensa que hoy tienen. En su proyecto personal, para regresar en el 2016, el 'Tío George’ no puede ser presidente el 2011. Tres gobiernos apristas son demasiado para cualquiera, y García lo sabe.
El 'Tío George’ también sabe que si no es el 2011 no será nunca. El 'Tío George’ tiene al APRA, que no quiere soltar la poca mamadera que García le ha dado estos últimos cuatro años. Pero para que el APRA sirva para el 2011, tiene que volver a ser un partido, y no el apéndice de García. El 'Tío George’ quiere reconstruir la cohesión del APRA. Eso pasa por inventarse enemigos. Tal vez eso explique el ataque de Pastor a la vieja familia MQ. El “partido del pueblo” contra la oligarquía. Ni pies ni cabeza hoy en día, pero funciona para el consumo interno de las medianías de Alfonso Ugarte.
Y mientras Pastor es el malo, el 'Tío George’ es el bueno. Pastor no pierde nada, es el nuevo niño héroe del APRA. El 'Tío George’ gana mucho. Posiciona al APRA para sus fines y dice “desde ahora negocien conmigo”. Que García se lo permita es otro cantar.
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