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domingo, 28 de marzo de 2010

Política: Lourdes Flores: “Auditaré a Castañeda” 
Aún espera que el PPC tome la decisión, en abril, sobre su candidatura a la Alcaldía de Lima, pero todo apunta a que ella ya está en campaña.

Asegura que, si llegara a ser alcaldesa de Lima, no compartirá ningún tipo de incorrección. (Yael Rojas)

Por Patricia Kadena

La denuncia sobre un supuesto intento de violación contra Javier Bedoya de Vivanco llevó a la lideresa del PPC, Lourdes Flores, a señalar que ese sería un psicosocial del montesinismo y a afirmar que la guerra sucia en la contienda electoral ya ha comenzado.

¿Cuál es su impresión sobre la denuncia de supuesto intento de violación que dio a conocer Javier Bedoya?

A mí me parece que la guerra sucia ha comenzado. Y me parece que Javier ha hecho bien en pedir que se realice una investigación muy profunda. La gente correcta nunca debe evadir las investigaciones, siempre debe dar la cara y pedir que se esclarezcan los hechos. Me parece, además, que esa investigación debe indagar qué cosa hay atrás. A mí no me extrañaría que este sea un psicosocial que provenga de esto que genéricamente he llamado la corrupción montesinista.

¿Y el objetivo sería usted?

Podría ser. Creo que solo una investigación profunda nos permitirá saber cómo han surgido estos hechos.

¿Qué elementos hay en el escenario que permiten el resurgimiento del montesinismo?

Hay distintos elementos. Yo tengo que imputarle al Gobierno su cuota de responsabilidad. Por ejemplo, en el caso Crousillat, la falta de perspicacia para imaginar los pasos subsecuentes que de un indulto de esa naturaleza podrían darse, el haber sido contemplativo y tolerante frente a esos hechos. Quizás haya un nivel de responsabilidad, como pasa cuando uno siente que el riesgo ha desaparecido, que nos descuidamos, nos relajamos. Un tercer elemento es que el montesinismo puede imaginar que el respaldo electoral que se comienza a advertir en el fujimorismo es una magnífica puerta de entrada para decir “nosotros también somos parte de este proyecto’. Y a mí me sorprende que el deslinde no haya sido nítido.

¿Considera a Keiko Fujimori parte del montesinismo?

Fíjese que, a despecho de lo que me dicen algunos críticos, yo he sostenido que Keiko no es montesinista y, sin embargo, ahí están. O no pueden deslindar claramente, o no lo van a hacer. Y ese no poder deslindar es una debilidad intrínseca en ese proyecto que yo sí condeno porque el montesinismo fue el lado más oscuro de la política peruana.

El presidente de la República aparece seguido con Álex Kouri en actividades públicas, ¿podría ser él el delfín de Alan García?

Más allá de su padrinazgo o no padrinazgo, yo creo que el presidente, en lo político y en los asuntos de Estado, tiene un deber de neutralidad. En lo político a mí me parece que su primera lealtad debiera ser con su propio partido, pero a veces uno tiene la percepción de que al presidente le interesa más su proyecto 2016, que el proyecto de su partido 2010 o 2011.

¿Qué elementos le hacen pensar que García está pensando en 2016 y no en terminar su gobierno?

Más que terminar su gobierno, yo creo que el ideal de Alan García es volver el 2016 y que en el camino nadie le haga sombras. Uno lo nota más comprometido con su destino que con el destino de su partido. Trasmutando y cambiando lo cambiable, él afirma: El partido soy yo. Eso es lo que él siente. Si no es él, no hay partido.

En estos previos de la campaña, usted está marcando a Kouri con el tema de la corrupción…

Yo marqué la cancha y fueron otros los que lo colocaron en ese lugar o, más bien, fueron ellos mismos los que se colocaron. Yo me he referido a prácticas montesinistas, y sí se las he imputado (a Kouri) como parte de su conducta porque son hechos objetivos del pasado y del presente. Del pasado, los diálogos con el montesinismo; del presente, el tema del “chuponeo’ telefónico, su convivencia con la reaparición de los diarios “chicha’ difamatorios, por citar algunos hechos objetivos.

Él ha dicho que no tiene nada que ver con lo último.

Parece poco creíble eso, ¿no? Son muchos los hechos que evidencian que lo contrario es lo real. Ahora, yo suelo reconocer cuando hay cosas positivas, y puedo reconocer que hay hechos que demuestran que hay un cierto nivel de preparación, pero lamento que en una etapa de su vida se haya impuesto el pragmatismo amoral; o sea, con tal de lograr ciertas metas, todo vale.

Si eso se sabía desde hacía mucho tiempo, ¿cómo es que usted salió públicamente –y hay dos videos– a ensalzar su gestión y su trabajo? ¿No hay ahí una incoherencia?

Uno puede objetivamente reconocer algunos logros y no por eso ser contradictoria con la tesis que estoy esgrimiendo. No todas las circunstancias son adecuadas para hacer un juicio de valor sobre la conducta de la gente –ni esas circunstancias lo eran–, pero no puedo negar que algunos logros hay.

¿Lo que dijo fue una pose política?

No, más bien le diría que se trata de dos eventos diplomáticos de una persona educada que se refiere a algunos logros que efectivamente existen, pero que ya puestos en una confrontación de carácter político en el que estamos analizando qué cosa hay atrás, bueno, las circunstancias me han llevado a plantear esta tesis y a ponerla con ese nombre (el de Kouri); y es posible que no sea el único nombre respecto de quien se pueda aplicar esa teoría.

¿En algún momento se discutió dentro del PPC la posibilidad de que Kouri vuelva al partido o, en todo caso, se haga una alianza con él?

En lo que a mí concierne, en algún momento –y así lo ha referido Salvador Heresi– fue parte de un análisis. Yo nunca alenté eso, pero sí se analizó el tema. Sé que hubo aproximaciones a otras personas, no es mi caso, y puedo incluso pensar que algunas voces consideraban que era una opción. Yo no lo he creído nunca.

¿Ha habido algún acuerdo con Solidaridad Nacional para que el PPC apoye la candidatura de Castañeda a cambio de que ellos apoyen la suya?

No. No hay una alianza construida con nadie. Si acaso la decisión de nuestro partido es fortalecer en una primera etapa el proyecto municipal en Lima, y desde allí convocar a los que pensamos igual a unir fuerzas, esa será una pequeña contribución en la tarea y en la envergadura de lo que viene.

¿Usted apoyaría su candidatura?

Yo apoyaré a quien el partido decida que haya que apoyar, y el partido tendrá que comenzar preguntándose en las elecciones de 2011 cómo quiere participar. De modo que no adelanto criterio a favor de nadie.

Si su bandera es la lucha contra la corrupción, ¿no sería contradictorio un eventual apoyo a Castañeda, considerando denuncias como la de Comunicore?

A mí me pareció importante que el alcalde fuera al Congreso y diera su explicación de los hechos, y corresponderá a quienes están analizando el tema evaluar las afirmaciones que él ha hecho. Yo respeto de una manera irrestricta el derecho de un medio de comunicación de poder, a partir de las explicaciones brindadas o de los vacíos que en esas explicaciones se den, indagar sobre su propia hipótesis del tema. Le confieso que no he entrado a los detalles de ese caso, pero sí puedo decir con claridad que, donde nos toque estar, seremos un factor de respeto a la obra buena que debe ser continuada, pero no transigiremos con nada que consideremos que es incorrecto.

PPC y Solidaridad Nacional han sido socios ¿Si usted llegara a la Alcaldía de Lima auditaría la gestión de Luis Castañeda?

Mi respuesta es sí, por un hecho elemental que cualquier administrador hace respecto de la empresa que asume. Si alguien quiere comprar una empresa, lo primero que hace es mirar los activos, los pasivos, cómo va a afrontar estos temas. Detrás de una auditoría no hay un acto fiscalizador negativo.

¿No habrá apañamientos de ninguna naturaleza?

En general, en nuestra vida pública siempre he creído que con los amigos o con las personas cercanas es con quienes con mayor verdad hay que actuar. Así como creo que hay muchísimo que conservar, y hay una gestión municipal extraordinariamente valiosa que deja la ciudad con muchos puntos importantes que son una base de transformación, ante cualquier incorrección –que normalmente tiene un autor individualizado– nunca compartiremos ni conviviremos con ella.

Es probable que en la campaña le saquen el tema de su relación con César Cataño. Aunque profesionalmente puede no haber sido un error vincularse con él, ¿no cree que políticamente sí lo fue?

Da la impresión de que para alguna gente no fue una decisión acertada, y yo tengo que respetar ese punto de vista. Pero siempre he dicho que en ese, como en todos los actos de mi vida, he actuado con corrección y conforme a mi conciencia. Si yo tuviera alguna duda de estar haciendo algo incorrecto, no actuaría. Actúo así, y pongo la cara, y me enfrento a las cosas porque creo estar actuando correctamente.

La investigación por narcotráfico al empresario Cataño está en curso, ¿qué pasará si los resultados la contradicen?

Si hubiera elementos que condujeran a demostrar que estuve en un error, tendré que reconocer que estaba equivocada. Supongo que habrá gente que me cuestionará y que pensará que habré actuado en forma incorrecta, pero esos son los gajes de ser consecuente con lo que uno piensa.

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