Periodista Correo Horacio Cánepa
20 de Marzo del 2010
LIMA | Trato de recordar los hechos que podrían distinguir la biografía de mi amigo Pepe Barba y me quedo con cuatro: era (o es) un fumador empedernido de puros; es (siempre lo ha sido) un hombre que se debate aturdido entre diversas y contradictorias lealtades; además, siempre utiliza sus partidos como vientre de alquiler; y, finalmente, ha sido y es un escudero también de alquiler. Todos los vicios que tiene son igualmente condenables: uno afecta su salud y los otros tres quebrantan la salud moral de nuestra ya maltratada clase política.
Congresista del APRA del 85 al 90, anatemizó después a Alan García con el mismo fervor con el que ensalzó más tarde a Vargas Llosa. Luego fue un fujimorista ubicuo. En el 2001 alquiló su partido a Toledo, al que después acuchilló; habló maravillas de Lourdes Flores desde el 2001 hasta el 2006; posteriormente cambió el discurso virulento contra García y pasó a enquistarse nuevamente con el Partido Aprista e irse con un puesto rentado a ser embajador en Panamá; finalmente, coqueteó con Castañeda Lossio, escribió a favor de él unos cuantos artículos sobones y luego denostó del alcalde de Lima y pasó a ser ferviente admirador de Bayly y de Kouri. En otras palabras, es un verdadero camaleón de la política peruana.
Toda una vida sinuosa a lo largo de 25 años de carrera política. Cuando se acercaban las elecciones, Barba ofrecía su minúsculo partido como vientre de alquiler. Durante este periodo aparece esta vez como escudero también de alquiler, al servicio de cualquier político, todo ello para no salir como dice él "del Presupuesto de la República", por lo que es capaz de todo, pero nunca de salir del ansiado trabajo a costas del Estado Peruano. Acuérdense de que Pepe Barba es astuto, pero el trabajo no es una de sus virtudes.
Es evidente que alguien con tal recorrido político es capaz de calificar con indulgencia y levedad de "charlas estúpidas" los contubernios de la dupla Kouri-Montesinos, cuando juntos conversaban de cómo dinamitar a Toledo por dentro, o como sacar una ley que afecte los intereses del Callao retirándole el canon, entre otras.
Acusar injustamente a Lourdes de lo que hizo Luis Bedoya hijo, es responsabilizar a una persona por lo que hace otra (�como si a Alex Kouri lo responsabilizáramos de los dineros que recibió su hermano Beto de Montesinos!), y con respecto a la asesoría de Lourdes a un empresario acusado injustamente de narcotráfico, habría que apuntar el mismo argumento que usa Barba para exculpar a Kouri: no hay sentencia condenatoria.
Acusar sin pruebas, zurrarse en las honras de las personas, especular acerca de odios cainitas para desacreditar, eran las armas favoritas del montesinismo y que Barba parece saber emplear muy bien. De paso sea dicho, a sus conocidas dotes de tránsfuga y adulador de turno añade ahora las de chamán al predecir la derrota de Lourdes Flores.
Después de leer el artículo de Barba, nos queda claro que a lo único que va a descender Lourdes es al albañal y estercolero que los gonfaloneros de Kouri van a endilgarle en esta campaña. Estemos atentos, pues Pepe Barba acaba de prender el ventilador...
José Barba dice que Montesinos es sinónimo de corrupción, chantaje, secuestros, etc. De Lourdes se puede discrepar, pero creo que nadie puede cuestionar su lucha contra la corrupción, contra la dictadura y contra la satrapía que se enquistó en el país. Me pregunto: cuando se encuentre agobiado por su presupuesto, �de qué acusará mañana Pepe Barba a Alex Kouri o a Jaime Bayly?
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