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ILO.- Lourdes Flores ingresa a una semana crucial en su valiosa carrera política, pues una derrota suya el próximo domingo 3 de octubre significaría la última elección de su vida –o, al menos, la última en mucho tiempo– y la tiene difícil, pues entra con el marcador adverso y la estrategia equivocada.
La encuesta del domingo pasado en la que Susana Villarán la había pasado le cayó como un baldazo de agua a Flores, tal como quedó inmortalizado en los famosos ‘potoaudios’. Pero peor parece haber sido el efecto en el equipo de ‘estrategas’ de su campaña, el cual quedó muy desconcertado. Veamos.
Lunes 20: César Cataño sale a la luz en RPP y en La Hora N. Es obvio que quiere ayudar a Flores, y es poco creíble que no lo haya coordinado con su equipo. Resultado: el inverso.
Martes 21: Mariela Balbi revela en CPN un audio de Flores –en su presencia– con una colaboradora en donde sale perjudicada la productora de Jaime Bayly, Ximena Ruiz Rosas. Es difícil creer que Flores no supiera lo que iba a suceder en ese programa. Se ha confundido: su rival es Susana, no Jaime.
Miércoles 22: Flores lanza la versión de que Villarán quiere liquidar los Hospitales de la Solidaridad. La versión se cae rápido, pero se detecta que el plan PPC-UN tenía el mismo fraseo.
Jueves 23: Tongo se le troncha a Bayly y se matricula en el ‘Lulu-team’ con canción incluida. Flores queda al medio del fuego cruzado entre Bayly y Tongo, y deja la impresión de estar tomando medidas desesperadas. Mala movida.
Viernes 24: El zanjón amanece con banderolas contra Villarán por los hospitales, pero periodistas de América detectan vehículos de la municipalidad de Castañeda en las inmediaciones. Tremendo y grave ampay. Otro punto en contra.
Al medio de todo eso, a Pedro ‘Pánico’ Kuczynski y a los medios afines a la campaña de Flores se les cae la versión tendenciosa de que la llegada de Villarán produciría un caos económico. Hasta banqueros y Confiep critican. Otro autogol.
Nadie tiene una bola de cristal para saber qué funciona en una campaña, pero el ‘equipo’ de Flores parece la tripulación del Titanic. Quizá ‘equipo’ sea una exageración para un grupo caótico que se acuchilla entre ellos enviando e-mails a los medios para denigrarse y donde unos, como Jaime Salinas, parecen más interesados en su propia imagen que en la de Flores.
Lourdes Flores todavía no ha perdido, pero la tiene muy difícil. Si perdiera y esta fuera su última campaña, no hay derecho a que alguien tan valiosa como ella para la política peruana termine de esta manera, entre chaveteros, intrigantes e ineptos que han hecho una campaña, como diría la propia candidata, como el poto. Pero, en todo caso, la selección del grupo fue su responsabilidad.
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