Columna: Agenda Política - EXPRESO
Aunque vista de seda
Por: César Campos R.
Sorprende las maneras poco miraflorinas con las que la candidata a la alcaldía de Lima Susana Villarán – presunta versión de una nueva izquierda, moderna y dialogante – inaugura su segundo puesto en los sondeos de opinión pública. Ello en referencia a su conducta frente a la convocatoria del actual burgomaestre para conversar con todos los que buscan reemplazarlo.
Sin duda su muestra de mala leche no provino de los vasos que distribuyó a los más pobres junto al recordado Alfonso Barrantes, sino de algún viejo establo del radicalismo autista y avasallador. Jeckill y mister Hyde o la célebre tira cómica del otro yo del doctor Merengue, parecieron invadir el aura de la lideresa de Fuerza Social en las escalinatas del municipio.
Ha sido claro que ella no sólo quiso convertir en Chollywood el escenario de su encuentro con el alcalde, quejándose de una supuesta desatención a una carta de la hora nona – legítimamente acotada en cuanto a las fechas de su presentación, tramitación y recibo por una regidora – sino que también buscó singularizarse con bulla y ajetreo de sus rivales quienes exhibieron un comportamiento prudente sin renunciar a su papel crítico de la administración de Luis Castañeda Lossio.
Tal es apenas la manifestación primaria que realiza Villarán como estrategia de su novedoso lugar expectante en las encuestas. Siendo política por sus cuatro costados, define con creciente dosis de virulencia sus objetivos de ataque: Lourdes Flores, la gestión de Castañeda y el gobierno central. Un combo que irá agriándose a medida que avance la campaña hacia la meta del 03 de octubre.
Y esto sí habla a gritos de una práctica que puede reinstalarse en el país, luego de un extenso periodo durante el cual el pueblo mismo dio la espalda a la intolerancia y agitación marxistas en las esferas políticas. Intolerancia y agitación cuyo último reducto fue el Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana (SUTEP) bajo la férula de Patria Roja y que cayeron derrotadas ante la nueva normatividad meritocrática y justa de la carrera magisterial impulsada por el gobierno de Alan García.
Curiosamente Villarán toma la posta del estilo bilioso de Ollanta Humala (de quien dice estar distante y al que uno de los socios políticos de Fuerza Social, Marco Arana, acusa de violador de los derechos humanos), significando que no hay otra forma de asumirse de izquierda en nuestro país sino es con la pierna en alto y en el espejo de una barra brava. Lindo será oír al comandante anunciar el voto de los nacionalistas, que lo ha prometido para mediados de setiembre.
La piel de cordero en un lobo o la seda en la mona, son las metáforas adecuadas para esta “nueva” doctora Villarán que promete devolvernos a la grita ochentera del viejo marxismo con sabor nacional.
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