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La última encuesta de la PUCP es una mala noticia para Lourdes Flores pues –de confirmarse la tendencia en las próximas encuestas– significaría el regreso del fantasma que la asusta cada fin de campaña: la derrota.
Flores sigue adelante pero con una distancia decreciente frente a Susana Villarán, quien está consolidada en el segundo puesto. Con cartilla, la diferencia es 33/27%, y con simulación de voto –es decir, con la cédula como la que el elector tendrá en sus manos el 3 de octubre– esta se reduce a 28/23%.
Asimismo, el posicionamiento de Villarán se está fortaleciendo y el de Flores debilitando. Los que definitivamente votarán por Susana han crecido de 4% en julio a 23% este mes, mientras que los que de ninguna manera votarán por Lourdes han aumentado de 34% en julio a 45% en la actualidad.
¿Por qué Villarán ha logrado reducir su distancia frente a Flores a solo cinco puntos? Porque fue la que mejor aprovechó la salida de Alex Kouri (de paso, sería el colmo que dicha tacha hubiera provenido desde el PPC). Además de sus condiciones personales que la convierten en una buena candidata para el momento actual, ha habido varios factores que la han ayudado bastante y el principal se llama Lourdes Flores.
Primero, porque ella la rescató del montón –cuando Villarán ya estaba en plena alza– al ‘repolarizar’ la campaña entre las dos a través del nuevo ‘rayado’ de la cancha entre progreso/atraso, lo cual constituyó un replanteo menos exitoso que su dicotomía previa (decencia/corrupción).
Segundo, Flores ha desdibujado su perfil político al tratar de convertirse –a sugerencia de los ‘periodistas/asesores’ a los que ahora escucha– en un papel que no está siendo bien recibido por la tribuna. En lugar de delegar el feo trabajo de tirar tomates a su rival a otras personas de su equipo, ella misma asumió esa labor y se ha llenado de una agresividad que no le queda.
Asimismo, sus argumentos han tenido, por exagerados, poco efecto y hasta han fortalecido a Villarán: desde asociarla con el terrorismo y ‘la lucha de clases’ (¿?) hasta criticar su reclutamiento, rubro en el que ella tiene pocos logros por exhibir.
Peor han sido los apoyos en los que se ha recostado: desde un sector del periodismo malero hasta –¡increíble!– Alan García, todo lo cual proyecta desesperación y estar dispuesta a todo –incluso a eso– para ganar.
Las próximas encuestas podrían revertir lo registrado por la PUCP, Lourdes Flores sigue en la punta y hasta podría ganar, pero lo cierto es que –para variar– vuelve a enredarse en el tramo final de la campaña electoral. O sea, sin novedad en el frente.
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