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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Se acorta la brecha

Por Mirko Lauer

Según la encuesta IOP-PUCP Susana Villarán entra a la recta final con muy buen pie. No solo está seis puntos de distancia de Lourdes Flores, ya muy cerca del empate técnico, sino además ha logrado una base de apoyo social más homogénea que al inicio. Ya no puede ser vista como un mero capricho del sector A/B. Hay clases más amplias detrás de su candidatura.

No solo otras clases, sino también posiciones que largamente rebasan los límites de las posibles simpatías por la izquierda. Por lo pronto Villarán es la principal acopiadora de los votos que migraron de Alex Kouri: un tercio de esos votos no ha tenido reparos en trasladarse hacia ella, casi el doble que hacia Flores. 

De abril a la fecha la tendencia de Flores ha sido a bajar, mientras que Villarán ha más que cuadruplicado su intención de voto. La campaña de demolición no ha funcionado, y más bien parece haberle servido en bandeja a Villarán la exposición que le faltaba. Flores sigue siendo una competidora formidable, pero la cancha hoy aparece a favor de Villarán.

Las preguntas sobre si definitivamente se votaría o no por las candidatas revelan la dinámica interna de la competencia, y quizás vaticinan el desenlace. El núcleo duro de votantes por Flores se está reduciendo, mientras que el de quienes la rechazan crece. Con Villarán viene sucediendo exactamente al revés.

Lo menos que se puede decir a estas alturas es que veremos un foto finish. Hasta el intuitivo Alan García ha sentido la necesidad de jugarse un huachito anunciando gran apoyo del gobierno a Flores si esta llega a la alcaldía. La candidata del PPC ha agradecido cortésmente, pero no se le siente muy convencida de la naturaleza de ese abrazo.

¿Qué está sucediendo? Flores no ha tenido éxito en diferenciarse de Villarán de una manera favorable, como lo hizo tan eficazmente frente a Kouri. La gente parece haberse saltado la divisoria izquierda/derecha y aburrido de recriminaciones que antes parecían decisivas. Robo sin obras y obras sin robo van más o menos parejos en la encuesta.

Así, a igualdad de candidaturas en una campaña que termina no siendo ni ideológica ni administrativa sino personal, cada vez más votantes están prefiriendo, como ha sucedido en tantas elecciones, un rostro nuevo, que muchos identifican con nuevas expectativas. Un elemento que Flores no tiene cómo neutralizar.

Es probable que la campaña Patria Roja de la extrema derecha haya tenido como efecto precisamente marcar las diferencias entre la candidata Villarán y esos aliados, es decir poner todavía más de relieve su perfil de opción moderada. En la medida que esa campaña continúe, Villarán seguirá creciendo.

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