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jueves, 29 de abril de 2010

Entrevistas :::: Los cálculos electorales de Luis Bedoya Reyes tras la proclamación de Lourdes Flores como candidata para Lima por el PPC.

Tucán Echa Pluma

Versión facsimilar de nota impresa 

“Con Toledo hay gran coincidencia: es un hombre permeable a cualquier posición siempre que se le convenza”.
A sus 91 años, Luis Bedoya Reyes, patriarca del PPC, sigue siendo un importante referente en el partido que fundó. Sus responsabilidades alcanzan a circunstancias especiales como la del Congreso partidario, en que le tocó ayudar a decidir la candidatura, local o nacional, de Lourdes Flores. Mostrando su notable y ya legendaria vitalidad, explica: “Eres viejo cuando comienzas a vivir del recuerdo. Mientras tengas ocupación para mañana, escaparás de la vejez”. Corroborándolo, sigue yendo cada mañana a su bufete de abogado, explicando la coyuntura política con su estilo mordaz y socarrón y preocupándose por el futuro de su partido.
–¿Cómo estuvo el Congreso del PPC?
–Me impresioné porque ya no conocía al 90% de asistentes. Todas las delegaciones tienen gente muy joven. Luego había una situación empatada entre los que querían que Lourdes vaya a la candidatura presidencial y los que creían más prudente que se presente a la alcaldía, como oportunidad para organizar las fuerzas con miras al 2016.
–¿Sabía que su hijo Javier iba a pedir que se opte por la candidatura presidencial, reclamando “la perspectiva nacional y visión de gobierno del PPC”?
–Me encontré con que era el primer orador. Tiene coherencia, pero hay una razón más poderosa. Si hay candidaturas relativamente perfiladas como la de Castañeda o Toledo, frente a otras que representan una confrontación con la democracia –por ser de origen autocrático, o posiciones marxistas–, es evidente que se producirá la parcelación del voto de centro. Así, la segunda vuelta se daría entre los dos extremos y no en los sectores de centro, aunque sean mayoritarios.
–Ud. piensa que Lourdes podría volver a perder.
–Tres candidatos peleando el mismo electorado podrían no lograr una mayoría suficiente para pasar a la segunda vuelta. Era un riesgo muy grande. Las personas deben saber en qué momento postulan y en qué momento renuncian.
–Antes había dicho: “No se tiene 3 millones de votos para abandonarlos”, refiriéndose al caudal de Lourdes Flores.
–Pero igual ocurriría con la candidatura de Lima, porque habiendo trabajado más de un año la postulación de Heresi, su defección nos descolocó.
–El PPC se ha convertido en una escuela política, pero los líderes no se quedan. ¿Cómo afronta el éxodo?
–Todavía no hemos logrado crear ciertos hábitos que son reglas no escritas: la lealtad al partido, la consecuencia a los principios, la renuncia a la propia opción si se daña la estructura corporativa. Es un poco el complejo de Edipo, lo antinatural convertido en instrumento de vanidad, en la cual para levantarse niegan a la cabeza. Es la aspiración a ser prematuramente cabeza. Pasa desde mis tiempos.
–Ántero Flores Aráoz opina que Lourdes Flores ha bajado a la segunda división, “atendiendo a su realidad”.
–En política no hay divisiones. Precisamente esa es una de las causales de la impaciencia al interior de los partidos. Piensan en saltar escalones en vez de subirlos uno a uno. Pero más grave es no hacer defensa. Les gusta meter el gol, en la delantera, al patadón. En cambio olvidan la organización del equipo. Piensan que el partido debe actuar en función de ellos y no al revés.
–¿Cuál es la mejor cualidad de Lourdes Flores para ganar la alcaldía de Lima?
–Capacidad de adaptación para las diversas funciones. Yo quiero verla en la etapa de administradora, que no la ha vivido. Tiene grandes aptitudes, pero hay que ponerlas a prueba.
–¿Será fácil ganarle a Alex Kouri?
–¡No, cuidado! Kouri es un hombre que igual que Borea, Heresi, como tantos otros, ha merecido dentro del partido el aprecio por sus calidades de líder, solo que la impaciencia los llevó a la calle.
–¿Cuál es el punto débil de Kouri?
–Todavía no lo hemos visto en una campaña de verdad. En el Callao, la competencia le ha sido relativamente cómoda. Ha hecho carrera desde la posición de secretario general, director de beneficencia, alcalde del Callao, presidente regional, siempre frente a competencias relativamente débiles. Ha actuado con audacia y energía.
–Lourdes ha denunciado a su gente por hostigamiento en su primer mitin.
–Hasta dónde se le ha pasado la mano en “energía”, no sé, evidentemente no dejaremos que esta vez utilice semejante procedimiento.
–¿Coincide con ella en que está descalificado moralmente?
–No, yo no creo. Todos tenemos la presunción de inocencia, pero sí está cuestionado.
–¿Eso significará algo en la campaña?
–Cuando se llega a cierto grado de tolerancia, hay degradación.
–¿Cómo afrontará el PPC las elecciones presidenciales sin su mejor carta?
–Ese es un problema que tendremos que resolver después. Si partimos del principio que el centro debe consolidarse, hay que buscar alianzas.
–¿Con Castañeda Lossio?
–Ya veremos.
–Ya tuvieron una alianza con él. ¿La renovarían?
–Diría que tiene una personalidad muy singular, es mudo hacia afuera, pero también hacia adentro. Hay grandes personalidades a las que se aplica lo que antes se conocía como el “pachequismo”. Era el que conocía solo un poco de todo, y cuando le preguntaban algo, de las generalidades no salía, porque no dominaba el tema y prefería no abordarlo.
–En su opinión, Castañeda ¿está en capacidad de ser presidente?
–No hay ningún récord conocido que se pueda aplicar para el sí o el no. Es un buen administrador y un buen gerente, lo cual ya es bastante decir.
–A Toledo se le ha visto acercarse al PPC. ¿Harían una alianza con él?
–Toledo me crea un problema serio. Ahuecando la voz, poniendo tono dramático, me quita el placer de escuchar a una persona enterada. Se juega la vida siempre, está llamando la atención sobre el peligro. La alianza tendría que ser muy precisa. No es que Toledo les quite cuerpo a las responsabilidades, solamente que da la impresión de que puede cambiar rápidamente de una opinión a otra y dejarlo a uno sentado esperando una respuesta que nunca llega.
–¿Encuentran coincidencias?
–Yo diría que con Toledo hay una gran coincidencia, es un hombre permeable a cualquier posición, siempre que se le convenza.
–¿Cómo evalúa el fujimorismo como caudal electoral?
–Es una especie de seguimiento a un hombre en su dolor, en su castigo. Este es un pueblo sentimental, no hay muerto malo, ni novia fea. Le gusta ser acompañante de las desgracias. Los fujimoristas son gente en seguimiento de un culto, más que una verdad.
–¿Y a Keiko Fujimori como candidata?
–La chica, digo chica por la diferencia de edades, evidentemente no califica. Va a ser tutelada por quienes la manejen desde atrás, y será dramática la situación para reivindicar a su padre, porque la gente se dará cuenta de la barbaridad que significa. Fujimori desde la presidencia no tuvo carácter para imponerse a su propia obra. Montesinos fue su obra. Es un hombre que en el peligro extremo se “chupó”, y que prisionero de los militares dependientes de Montesinos no se arriesgó a tomar una política de rectificación.
–En conclusión, ¿cómo resumiría el panorama del 2011?
–Todavía es prematuro, hay vallas previas que van a cuantificar los electorados y las tendencias; lo vamos a ver en la parcelación del voto regional. Van a seguir a los viejos caudillismos y no a la mejor interpretación de la realidad regional. Somos un país que sigue hombres antes que ideas.
–¿Qué piensa del último tramo del gobierno de Alan García?
–Ha vivido un pequeño vía crucis. Sostengo que le hizo mucho bien su autodestierro en París, aprendió de la política europea a alternar con el adversario, a dialogar para consensuar.
–¿Aprueba su gobierno?
–Yo diría que si tenía 08 de nota en su primer gobierno, ahora le ponemos tranquilamente un 15. Lo que tiene que hacer es no abusar de su presencia, no opinar de todo como si fuera un iluminado por el Espíritu Santo.
–¿Y el escándalo de Business Track, no le parece grave?
–Ahí están enredados en sus propias redes. A mí no me pasa que haya un gobierno al que le disguste conocer por vías incorrectas la vida ajena y las intenciones de la competencia. Ese es un cuento que no se lo traga nadie.
–¿Cuántas derrotas políticas ha afrontado Ud.?
–No las he contado, no me dejan huella.
–¿Hay algo que lo haga sufrir?
–Solo ver cómo algunas personas a las que aprecio mucho tienen derrotas por culpa propia, hacen lo que no deben, crean en sus familias situaciones de dolor.
–Ud. ha pasado por ese trance.
–Lo he padecido. No le perdono nunca, ni a Fujimori, ni a Montesinos, el engaño a mi hijo Lucho. Le dieron un apoyo económico a su candidatura, para enredarlo con fondos indebidos.
–Lourdes Flores ha dicho que no quiere una Lima de parches, sino soluciones integrales. ¿Qué piensan para Lima?
–Tenemos una filosofía urbana que va a terminar con los técnicos de cataplasma y curita, que no tienen una concepción de Lima como proyecto. Se llama la ocupación del espacio. Lima es una ciudad costosa. Alguien que vive en San Juan de Miraflores y trabaja en la avenida Argentina, yendo y viniendo pierde 5 horas en transportarse. Hay que dar soluciones integrales.
–No ha perdido la pasión por Lima.
–Eso no se pierde nunca. (Entrevista: Zenaida Solís)

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